Nací y me crie en un barrio rural del pueblo de Aguada, en la isla del encanto, Puerto Rico. Mis padres inculcaron en mí valores morales y éticos que siguen guiando cada una de mis decisiones y acciones. Mi educación primaria se la debo a los excelentes maestros del sistema de educación pública, desde el kindergarten hasta el grado 12 de escuela superior Dr. Carlos González, en Aguada.
Entré a la Universidad de Puerto Rico en Aguadilla con una meta en la mente, adquirir los conocimientos necesarios para ayudar a mi gente a sobrellevar las situaciones que surgen en su vida de una forma efectiva y saludable. Completé mis dos años básicos y me traslade a la Universidad Interamericana de Puerto Rico en San Germán donde concluí mi bachillerato en Psicología con la medalla al más alto promedio del año 2000. Para ese entonces ya había sido aceptada en el Programa Doctoral en Psicología Clínica en la Escuela de Medicina de Ponce, acreditada por la American Psychological Association.
La experiencia en mis estudios graduados fue solida y enriquecedora. Además de la teoría que se enseña a través de los primeros cursos, la práctica era constante. Estudié la aplicación de diferente pruebas psicológicas, psicométricas y de inteligencia tanto en adultos como en niños. El uso por parte de la universidad de pacientes estandarizados, grabaciones en video y la práctica me permitieron desarrollar técnicas y destrezas que hoy uso en el día a día de mi práctica privada.
Hice mis horas de práctica en dos centros de niños maltratados y en uno de niños infectados o afectados por el HIV. Pero estas solo fueron mis experiencias educativas. Durante ese mismo periodo de tiempo fuera de mis estudios tuve la excelente oportunidad de desempeñarme como técnico de salud mental en el Hospital Panamericano. Allí tuve la experiencia de trabajar con pacientes recluidos por condiciones mentales moderadas y severas. Me relacioné con los protocolos de admisión y baja, así como los procesos de terapia y rehabilitación. La interacción con los psiquiatras residentes me permitió observar más de cerca la farmacología envuelta en este tipo de pacientes.
En los años finales para obtener el grado de doctora en psicología clínica me interesé por el problema de la violencia en las escuelas públicas del país. Convertí esta preocupación en mi tema de disertación doctoral, la cual aprobé con honores el mismo año que me confirieron el grado de doctora, 2005.
Luego de tomar la reválida para ejercer la psicología en Puerto Rico, en una sola ocasión, obtuve mi licencia. Establecí mi práctica privada en el pueblo de Aguadilla. En el Centro de Mejoramiento Emocional, ofrezco terapia individual a adultos y niños, terapia de pareja, terapia familia e intervención en crisis. También administro las diferentes pruebas psicológicas, psicométricas y psicoeducativas entre otras. En el centro se reciben de igual manera a pacientes referidos por las cortes de Puerto Rico. Estos me llevo a certificarme como perito forense, poniendo así a disposición de la corte mi experiencia médiate reportes a los jueces y mi comparecencia ante ellos. Mi oficina funciona a su vez como centro de práctica que ha recibido estudiantes de psicología en consejería, escolar y clínica de las distintas instituciones universitarias del oeste de Puerto Rico. Esta relación con las universidades me ha llevado a facilitar y dictar cursos en las áreas de psicología, sociología y educación a nivel graduado y subgraduado.
Durante el año 2011 culminé la certificación graduada de Intervención Temprana y Deficiencias en el Desarrollo del Recinto de Ciencias Medicas de la Universidad de Puerto Rico. En estos momentos me encuentro realizando estudios graduados Neuropsicología en la Universidad Miguel de Cervantes, en España.